Ahora bien, ¿por qué existen tantas dietas?. Pues comencemos con unos datos bien interesantes extraídos del National Health and Nutrition Examination Survey (2009-2010) y de seguro, usted mismo(a) se responderá esa pregunta.
- Más de 2 de cada 3 adultos (68.8%) son considerados con sobrepeso u obesidad.
- Más de 1 de cada 3 adultos (35.7%) son considerados obesos.
- Más de 1 de cada 20 adultos (6.3%) son considerados con obesidad extrema.
- Alrededor de un tercio de los niños y adolescentes entre las edades de 6 a 19 se consideran con sobrepeso u obesidad.
- Más de 1 de cada 6 niños y adolescentes entre 6 a 19 años son considerados obesos.
- Casi 3 de cada 4 hombres (74%) se consideran con sobrepeso u obesidad.
- La prevalencia de la obesidad es similar tanto para hombres y mujeres (alrededor del 36%).
- Alrededor del 8% de las mujeres se consideran con obesidad extrema.
Para darle un idea monetaria, el costo médico anual estimado de la obesidad en los Estados Unidos fue de $147 billones en el 2008. Los costos médicos para las personas que son obesas eran $1.429 superiores a los de personas de peso normal. Y para que sepas, más de un tercio o 78.6 millones de adultos estadounidenses son obesos. Así que, desde una perspectiva de negociante, este es una mina de oro con otra de platino. Hay una buenísima clientela, que sigue en aumento, y deja mucho billete del bueno!
Mi intención no es la de escribir un artículo científico, sino mas bien, brindarte información sustentada con datos estadísticos y científicos, para dejarte saber que no estás solo(a) si consideras que, o ya ESTÁS, dentro de esos numeritos en cualquier de los renglones antes mencionados (gordit@, obes@ o con gordura extrema – obesidad mórbida) y, sobre todo, dejarte saber que hay opciones poderosas de coaching para ayudarte con el problema de sobrepeso y obesidad. Aunque no lo creas, para una persona de mi género, estatura y edad, estoy entre esos numeritos y por cientos dentro de uno de esos reglones y es la razón por la que escribo este pequeño artículo/blog. Pero más que nada, lo escribo porque estoy cansado de escuchar tantas recomendaciones para encontrar y hacer la dieta perfecta y llevar el plan ideal de ejercicios. Aunque para la mayoría de mis amistades y familiares les parezca que no, tengo casi 20 libritas en el cuerpo que están de más y me están molestando mucho con demasiado.
Buscar la dieta o el plan nutricional perfecto, es como buscar la fuente de la juventud. Es algo casi utópico o imposible. Dentro de esas 4,230,000 dietas que existen según Google, entre las más famosas están las de Atkins, South Beach, paleo, baja en carbohidratos, baja en grasas, Special K, Jenny Craig, dieta de la papa, la del caldo de repollo, la de la sopa de cebollas, dieta mediterránea, la del limón y la de uvas, entre muchas otras más. Básicamente, se volvería uno loco buscando cuál es la mejor y la que más fácil y rápido produjera resultados observables y palpables. O mejor dicho, la que produjera resultados en un dos por tres.
Por otra parte, está la famosa rutina o plan de ejercicios (con todo lo que eso conlleva, entiéndase membresía, equipo, ropa, y entrenador, entre otros) que va ayudarte a obtener ese famoso “six-pack” y la figura “perfecta” que tanto anhelas para lucir en la playa, o para posar para Instagram y Facebook. Entre los miles de planes o rutinas de ejercicios (de éstos no hice la búsqueda en Google para no asustarme más con tantos números), están los que en 30, 60 o 90 días te prometen ponerte como todo un o una fisiculturista. Fit! Sí Pepe! Bueno, realmente sí, dependiendo de tu compromiso, podrías logar algo entre esos intérvalos o periodos. Habría que ver que ‘sacrificios’ y/o ajustes estarías dispuesto/a a hacer para alcanzarlo.
Sólo voy a mencionar algunos de estos planes y/o rutinas para que tangas una idea, porque de seguro has escuchados o conoces mucho de ellos. Dentro de los más conocidos están el famoso P90X®, el intenso y quebrador Insanity®, el T25®, Zumba, un invento de ejercicios en suspensión llamados TRex, Indoor Cycling y el famoso Crossfit entre otros. Esto sin incluir aquellos con novedosas técnicas de Tai Chi, Yoga y Pilates.
Nuevamente, esto es otro kiosco muy lucrativo. Tan es así, que esta industria sola, deja alrededor de unos $20-22.4 billones anuales (http://www.statista.com/statistics/236120/us-fitness-center-revenue/). Y estoy siendo conservador con estos números según los datos que conseguí en internet. Tan grande es esta industria, que por eso ves miles de programas de acondicionamiento físico de todo tipo. Y cada cual dice ser el mejor y único. Sí, ajá!
Ahora bien, ¿qué quiero lograr con todo ésto? Dejarte saber que no estás solo en tu búsqueda de una solución o ayuda para tu problema de libritas de más en tu cuerpo. Pero eso de dejarte saber que no estás solo o sola como que no ayuda mucho, más bien reconforta y consuela un poquito, pero no te hará alcanzar la meta de bajar de peso. Pues vamos a darte esa ayudita que necesitas; pero antes, quiero hacer unos pequeños “disclaimers”.
Primeramente, no pretendo diagnosticar condiciones que tengan que ver con el sobrepeso u obesidad, ni pre-escribir medicamentos, o sustituir cualquier plan de ejercicio nutricional o rutina diseñado por un especialista de la salud, nutricionista o entrenador personal. Mucho menos pretendo ser un terapeuta o profesional de la salud mental por si está en uno y su condición es a tal grado que afecte su estado emocional o le incapacite de una u otra forma. Usted siga el plan y/o recomendaciones hechas por estos profesionales, tanto de la salud, como del acondicionamiento físico, según lo ha estado haciendo hasta el momento. Cabe destacar que la información aquí compartida es únicamente con intenciones de instruir y orientar, así como guiarte a través de un proceso de preguntas poderosas (“coaching”) para que, con tus propias habilidades, destrezas, conocimientos y recursos, puedas lograr la meta de bajar de peso. Este proceso de “coaching” es una herramienta adicional, un arma muy poderosa para complementar tu arsenal contra el sobrepeso y la obesidad, cualquier que fuera el caso siempre y cuando no sea una condición de salud diagnosticada que te provoque el mismo.
No es que las dietas, planes nutricionales y ejercicios no le funcionen. Soy fiel creyente de que muchos sí son excelentes y dan los resultados esperados, e incluso más de lo esperado. El dilema principal con ellos es que exigen disciplina, perseverancia y cambios en sus estilos de alimentación y vida que muchos no estamos dispuestos a hacer. No lo estamos porque poco a poco, usted y yo fuimos acondicionando y mal acostumbrando a nuestro cuerpo (cerebro). Aprendimos a darle gratificaciones y estímulos incorrectos o excesivos con la comida y falta de movimiento (ejercicios). Y no me diga que no, pues cuando usted está en algún estado emocional, alcanza una meta, celebra algún evento, o pasa por algún problema, muchos tendemos a recurrir a la comida como medio de gratificación y/o desahogo. Recurrimos al mantecado, al chocolate, a las comidas fritas y procesadas con mucho condimento, a los bizcochitos, a los dulces, a las bebidas gaseosas, cervezas y alcohol con altos niveles de calorías y azúcares, entre muchos otros. En fin, vamos a darnos ese “cariñito” bien merecido o esa cosa que nos ayuda a celebrar un logro o a sobrepasar una tristeza de una forma placentera y divertida.
Por otra parte, a veces no sabemos ni como levantarnos y comenzar una buen día con una excelente actividad física y ejercicios que nos llenen de energía y motivación. Caemos en muchas ocasiones en ese tan quemado y sonado termino de procrastinar (“procastination” como es correcto en inglés). Prefiero decir falta de interés, motivación y disciplina. ¿Cuántas veces nos hemos sentado al final o al principio de un año a escribir nuestras metas y nunca falta la de hacer ejercicios y ponernos en forma? Yo estoy seguro de que un gran número de personas incluye, sin falta, esa meta en sus resoluciones. Y ¿por qué de ese gran número, hay un por ciento bastante alto, por no decir casi todos, de personas que no comienzan o se rajan en el camino? Pues las respuestas pueden ser tan variadas como infinitas. Pueden ser factores como falta de motivación, o como la falta de un plan individual y estructurado que tenga objetivos claros y alcanzables; un plan que tenga una razón o justificación que sea el “drive” que te estimule.
Ahora bien, muchos de nosotros esperamos que un especialista de la salud nos diagnostique una condición relacionada a nuestros malos hábitos alimenticios o falta de ejercicios para ir corriendo como locos a sacar la membresía en un gimnasio y comenzar a darle duro a las pesas porque si no, me va a dar un ataque al corazón, me sube el colesterol o puedo padecer de diabetes tipo II, entre otras posibles condiciones. Ahí sí que nos ponemos derechitos, y hasta nos convertimos en entrenadores de otros dando consejos y “tips” de formas de hacer los ejercicios de manera “correcta”, según nuestra “vasta” experiencia y “conocimiento” en acondicionamiento físico y nutrición. Irónico, ¡pero cierto!
¿Por qué es que cuando sucede algo como la antes mencionado, es que realmente tratamos de ponernos las pilas y tomamos conciencia de la importancia de llevar un estilo de vida saludable? Desde una perspectiva de coaching, básicamente porque tocaron fondo en nuestros valores, creencias e identidad. Aquí es donde está la diferencia entre lograr tu meta de bajar de peso y llevar un estilo de vida saludable por ti mismo o considerando la asistencia del proceso de coaching. Cabe destacar que este proceso puede ser complementario a tu plan y dieta, pero te aseguro que el mismo va más allá. Como dice un dicho: “cala hondo” porque es un proceso que va a ayudarte a encontrar la razón, la motivación, eso que te puede inspirar y llevar a lograr los resultados que tú quieres obtener. Es un proceso que te lleva a identificar los obstáculos que te impiden lograr el resultado esperado, en este caso particular, bajar de peso. Pero el mismo es uno que se puede utilizar para todas las circunstancias, problemas y oportunidades en la vida de cada ser humano, independientemente de su género, edad o religión, entre otros factores.
Lo primero que debes tener en cuenta cuando vamos por este proceso es tener bien claro y definido qué es lo que deseas lograr y cuál es el resultado esperado a corto, mediano y largo plazo. Es lo que llamamos en inglés “a well formed outcome”, un resultado bien definido o formado. Es sumamente crítico definir este resultado con claridad, ya que de no hacerlo, sería como montarse en un avión sin saber a que rumbo se dirige. Parece obvio, pero estudios a largo plazo, como por ejemplo el conducido por Napoleón Hill, han demostrado que las personas que tienen un objetivo y/o meta bien definido, claro, estructurado y, sobre todo, escrito, son las que logran alcanzar el éxito en cualesquiera que sean sus sueños. Para no expandir en detalles este concepto de resultado bien formado, vamos a utilizar una de las metodologías de programación neuro-lingüística (PNL) más poderosas de todos los tiempos. Esta metodología de PNL es conocida como Niveles Lógicos. Aunque suena algo técnico, no lo es.
Básicamente, los niveles lógicos de la PNL son una forma poderosa de pensar acerca del cambio que se quiere lograr u obtener, rompiéndolo en diferentes categorías o niveles de información. Está correlacionado a preguntas esenciales de ¿qué?, ¿quién?, ¿dónde?, ¿cómo?, ¿por qué? y ¿para qué?. Preguntas existenciales que te ayudarán a formular mejor o darte cuenta de cuál es tu motivación o razón interna. Por ejemplo, te ayudarían a entender que bajar de peso beneficiará tu salud en general, tu autoestima y hasta tus relaciones de pareja y sociales.
Una de esas preguntas poderosas de PNL puede ser ¿para qué quiero bajar de peso?. Para ser aceptado por un grupo de personas, mi familia, mi pareja, mis amigos o en el trabajo. Para que mi salud y mi vida no se vean comprometidas con un diagnóstico de alguna condición relacionada al sobrepeso y la obesidad. O para que mi apariencia física mejore y, por consecuencia, mi estado emocional y autoestima suban. Más personal aún, para poder tener un mejor desempeño sexual con tu pareja. Esta pregunta de ¿para qué? es mucho mas profunda que la de ¿por qué? Esta es una pregunta que te provoca a hacer una introspección con tu ser y permite elasticidad de razonamiento. Tan profunda que te ayudará a encontrar esos valores, propósito y misión de vida.
Otra de las preguntas poderosas de coaching utilizando PNL que podrías hacerte es, ¿qué me impide lograr bajar de peso?. Esta es una pregunta que te ayudará a reflexionar sobre qué o cuáles factores son los que están sirviendo de obstáculo para que no alcances ese objetivo. Estos factores podrían ser múltiples. Unos más fáciles y otros más difíciles que podrían requerir un mayor esfuerzo y/o determinación para sobrepasarlos.
Aunque la práctica del coaching es más bien ayudarte a lograr tus metas y obtener los resultados que quieres por medio de sesiones con preguntas poderosas que te sirvan de guía para que usted mismo/a se dé cuenta de las habilidades, capacidades, destrezas, conocimientos y recursos que ya posee, voy a darte par de ejemplos de cuáles podrían ser algunos de esos obstáculos que podrían estar impidiendo bajar de peso. Estos podrían ser: no tengo suficiente tiempo para llevar a cabo un plan ejercicios diariamente; las facilidades de un un gimnasio me quedan muy distantes de donde vivo; no puedo pagar la membresía de un gimnasio y mucho menos la de un entrenador físico personal; no encuentro motivación para ir a hacer ejercicios solo/a; me avergüenzo de ir a un gimnasio con estas libras demás entre muchos otros. Estos ejemplos son basados en la pregunta, ¿qué me impide bajar de peso?, y podrían ser muchísimos más pero quise demostrarte algunos para darte un idea e identifiques cuáles podrían ser los tuyos.
Ciertamente, cada ser humano es totalmente diferente a otro por lo que para lo que a uno podría ser un obstáculo para logar una meta, para otro no necesariamente lo es. Por lo tanto, cada individuo tendrá que identificar qué o cuáles son esos factores que les impiden lograr obtener los resultados deseados. Partiendo de esta premisa, los ejemplos antes mencionados pueden que no sean los tuyos directamente pero sí la pregunta de poderosa aplica de igual forma para todos y los resultados pueden ser sumamente contundentes en la vida de cada cuál.
Preguntas poderosas pueden ser muchas y variadas, pero estas tienen la intención de provocar un pensamiento mucho más profundo que llevan al ser humano a meditar en cuál es la motivación interna que los llevan a hacer o no hacer cosas en sus vidas. Te llevan a identificar las razones por las que haces o dejas de hacer algo que puede tener un impacto positivo o negativo. Hacerte este tipo de preguntas existenciales pueden ayudarte a alcanzar el resultado esperado no importando la meta que te hayas propuesto.
En conclusión, sin importar cuales sean los datos del sobrepeso y la obesidad, las dietas y planes de ejercicios, todos podemos hacer uso de las técnicas de "coaching" para hacernos estas preguntas poderosas; o tener un coach de vida que nos haga las mismas para complementar un plan bien estructurado, con un resultado bien definido y formado, que nos ayude a lograr la meta de bajar de peso de forma efectiva, sana y duradera, pero sobre todo, un estilo de vida saludable y con propósito.
En otro artículo estaré tocando el tema de los suplementos, vitaminas, minerales, proteínas y fibras porque son un tema gigantesco. De igual forma tocaremos los temas de las condiciones de salud relacionadas al sobrepeso y la obesidad.
Autor: Gilberto Crespo, MSCE
Coach Ejecutivo y de Vida