En los últimos tiempos se han estado viendo muchos cambios en el área laboral. A raíz de la pandemia, el trabajo se comenzó a hacer en la casa; creando un desbalance en el tiempo dedicado al descanso, la familia y los quehaceres del hogar. El pasar semanas o meses en estrés llevó a muchas personas a presentar estrés crónico, una de las causas que provoca el síndrome de quemazón, también conocido como “Burnout”. |
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En la actualidad, conectarse a redes sociales para mantenerse informado, o ver las noticias en línea es bien común. También es frecuente leer sobre cómo los cibercriminales han comprometido por completo sistemas y redes corporativas, impactando adversamente las operaciones, producción y prestación de servicios de las compañías. Estos ataques han ocasionado un impacto negativo en la reputación e imagen de las empresas o instituciones y por consiguiente, en la confianza y lealtad de sus clientes. Peor aún, al exponerse los datos no públicos de millones de clientes, empleados y/o ciudadanos, se compromete la confidencialidad y privacidad de la información de éstos. No sólo se compromete la información, sino que también se exponen secretos y estrategias de negocios, propiedad intelectual y vulnerabilidades en la infraestructura gubernamental que son críticas y pudieran poner en peligro hasta la seguridad nacional de un país. Recientemente he observado como muchos padres están compartiendo la crianza de sus hijos a través de fotos y vídeos subidos a las redes sociales. ¿Qué padre o madre no se siente orgulloso/a de compartir con sus seres queridos y amistades los momentos más grandiosos de sus hijos? No cabe duda de que compartir las fotos de un cumpleaños, el nacimiento de un hijo, el bautismo o presentación de un bebé, las primeras palabras de su pequeño y otro sin número de bellos e inolvidables momentos, son una excitante experiencia y que llena de mucho orgullo a cualquier padre o madre. Sin embargo, esta exposición, en ocasiones sobre exposición, podría traer consecuencias muy perjudiciales para la privacidad de los niños, e incluso para su autoestima y salud emocional. Sí, pareciera una actividad inofensiva, pero no lo es. Estos niños y bebés no tienen la oportunidad de pasar juicio y decidir si autorizan o no a que se publique (“post”) una de sus fotos, por lo que aunque usted no lo crea, le está violando el derecho a la privacidad. Peor aún, usted no está velando por la seguridad de su hijo, ya que lo expone a la atención de posibles pedófilos, pederastas y otros depredadores sexuales.
En la actualidad, vivimos en la era interconectada y de redes sociales. Los famosos "Millenials", así como la generación emergente de "Centenials", están tan conectados al Internet, y pasan tanto tiempo compartiendo casi todo sobre sí mismos, que ya ni se imaginan vivir sus vidas de otra manera. Esto es, sin tener una presencia en línea, en comunidades virtuales y redes sociales, las 24 horas del día, los 7 días de la semana, los 365 días del año.
Ya sea por la novatada o la inexperiencia, en muchas ocasiones, desconocemos algunos beneficios y/o compensaciones que podemos negociar a la hora de aceptar una oferta de empleo. Dependiendo del puesto y de la compañía, existe la posibilidad de que puedas negociar más allá del paquete de beneficios regulares como lo son el plan médico, vacaciones y días de enfermedad (que son otorgados por ley), bono de Navidad (que es ley luego de cierta cantidad de horas trabajadas y si la compañía tiene sus libros financieros en positivo). En mi trayectoria de vida no he conocido una persona que, de una u otra forma, no tenga su propia historia de superación. Historias de vencer o sobrepasar diferentes obstáculos, enfermedades o situaciones difíciles en sus respectivas vidas. No hay que ir muy lejos para escuchar historias de superación y éxito. Las escuchas en tu familia, con los vecinos y con compañero de estudio o trabajo. También, con el “boom” de las redes sociales y el Internet, puedes ver un sin número de casos y ejemplos de éstas.
Hoy voy a compartir varios consejos y recomendaciones basados en mi experiencia. Como siempre menciono en mis conferencias y charlas de motivación y liderazgo, personalmente hubiese querido conocer algunos de estos consejos en mis tiempos de juventud y estudios. De seguro hubiese tomado ventaja de los mismos y acortado algunos caminos durante mi formación académica y profesional. Sin embargo, las cosas pasan a su debido tiempo.
El tecno-estrés es un tema que se lleva estudiando desde la década de los 80. Primero, en Estados Unidos, para los 90 en Europa y para el 2016 en Puerto Rico. Dicho término lo introdujo Craig Brod (1984) como una enfermedad de adaptación por la falta de habilidad para tratar con las nuevas tecnologías de manera saludable. Salanova, Cife & Martín (1999) lo definen como el estrés ocasionado por la introducción de las nuevas tecnologías en el trabajo. Se puede decir que es la parte “negativa” del uso de las tecnologías o mejor aún el estado provocado por el uso, adaptación, habilidad y convivencia de la tecnología en la vida de las personas (Carrión, 2016). Se sabe que la tecnología cambia a paso acelerado, por tanto, los usuarios tienen que lidiar con dichos cambios al momento. En la actualidad, muchas empresas y negocios saben que si desean ser exitosos o competitivos en sus respectivos mercados e industrias, deben hacer uso de las tecnologías de información. Es un hecho que cualquier negocio que no utilice la tecnología para realizar sus procesos operacionales, planes y estrategias de mercadeo digital, va a encontrar más difícil el lograr sus objetivos y metas de hacer negocios. Dado este panorama, una buena partida del presupuesto anual debe ir a este reglón. |
AutorDr. Gilberto Crespo es un experto en tecnología e investigador en seguridad de información. Archivos
Noviembre 2024
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